Recorriendo el Mauerweg (el camino del muro en Esapñol) que sigue los 160 km donde estuvo el muro de Berlín.
El muro de Berlín a parte de ser una pared de hormigón de unos 4 metros de altura, por la parte oriental tenía lo que se llamó «franja de la muerte». Estaba formada por una alambrada, una carretera para la circulación de vehículos militares y patrullas acompañadas por perros, un foso, sistemas de alarma, armas automáticas y torres de vigilancia.
Qué paisajes quedaron divididos por el muro? Cómo se ha ido transformando el espacio donde antes estaba la franja de la muerte? La ciudad ha conservado trozos de muro o recordatorios del espacio que ocupaba? Como crece la ciudad alrededor de este espacio que en su momento fue una división y donde 79 personas perdieron la vida?
Las fotografías que componen este proyecto inacabado, tomadas entre el 2009 y el 2015, fijan la mirada en detalles, en paisajes naturales y en paisajes urbanos que transitan por partes del muro que siguen estando presentes a modo de memorial, edificios y formas que nos recuerdan inevitablemente un muro, y paisajes amplios, caminos hacia adelante, hacia la libertad que nunca debió ser ni debe ser (ahora) amurallada.